Los Rubin´s

Los Rubin´s
Músicos que integraron la organización musical Los Rubin´s en los años de 1980. Asunción Cerino, el entonces saxofonista, está en el lado derecho de la imagen que se usó para la portada de un disco, de aquellos LP.

jueves, 23 de febrero de 2012

Los años con Leandro Sánchez, el sax de oro.

Crónica


Leandro Sánchez

Kristian Antonio Cerino
Jonuta, Tabasco.

El 20 de diciembre de 1971 un paquete sorprendió a los hijos de Sánchez. El envío, con la leyenda de extra urgente, era enviado por Mario Trujillo García, un político que gobernó Tabasco entre 1971 y 1977. Lo abrieron.
No sólo era una trompeta pionner 880, sino el instrumento que marcaría aún más la carrera en ascenso de Leandro Sánchez Pérez, el sax de oro, como se le bautizó a raíz del regalo. 
La trompeta le costó a Trujillo 675. Pero el saxofón 6.200 pesos, un instrumento musical que compró en casa Veerkamp, en la ciudad de México, cuyo pedido llegó primero a Villahermosa por la empresa Express Aéreo y después a la calle Zaragoza 614, la casa de los Sánchez en el municipio de Jonuta. El obsequio sí emocionó a la familia.
El saxofón alto, marca Selmer, atrapó no sólo a los hijos de Sánchez: Melba Maritza, Leandro Arturo y Edén Guillermo. Podríamos decir -sin exagerar- que muchos en Jonuta, la ciudad que está cruzando el puente y a orilla del rio Usumacinta, encontraron en el nuevo sax uno de los minerales más codiciados del planeta. Hallaron oro.

La factura del saxofón


Algunos jonutecos, y más allá del rio, creyeron que el sax era en verdad de oro, más sólo estaba dorado.
A Leandro Sánchez le llamaron El sax de oro, porque el instrumento de viento sí estaba bañado en oro.
—Con  chapa de oro —precisa Melba Maritza Sánchez Garrido, hija de Leandro Sánchez.
Al sax de oro (1924-2011) siempre le agradó su nombre artístico. Le gustó el reconocimiento público que recibió en los últimos 20 años, y en su casa recibió un sinfín de visitas y abrazos de músicos que le decían -al mirarlo- maestro. En otras ciudades, una vez que trascendió su muerte el 10 de agosto de 2011 y la radio propagó la noticia, se escucharon los lamentos de los músicos que le conocieron y le copiaron el estilo.
Sin embargo, Leandro Sánchez, el saxofonista que murió sin que le extirparan el sax, vivió con otros amores: el Grand Marquis y la guitarra.
Una fotografía fechada el 28 de mayo de 1991 resume la vida y obra de Leandro Sánchez Pérez, el saxofón de oro de Jonuta.
Vestido totalmente de blanco, sostiene el mismo saxofón que le dio Trujillo 20 años atrás y se recarga de su Grand Marquis placa WLE 118, un auto color perla, y sobre la nave estacionada, la guitarra que escucharon -con la voz de Sánchez- un puño de mujeres cuando éste les quería alcanzar y soplar el corazón.
Al reverso de la foto, se lee la siguiente anotación: Leandro Sánchez Pérez, su Gran Marquis, su saxofón de oro y su guitarra Pimentel. Mayo 28, 91. Foto: Mendoza.

Foto: Junto a sus 3 amores

—Tuvo un chevy, pero no le agradaba. Le gustaban los carros grandes. Los veía elegantes.
Originalmente ejecutaba el clarinete. Lo siguió soplando en la sala, la cocina. Y por qué no en el cuarto principal. El sonido del clarinete pronto fue suplantado por el del saxofón. A los bailes, el saxofón iba con él. A la plaza, también. A las fiestas donde era invitado, más. Algunas veces lo metió en el baño, según los mitos que se construyen a su alrededor.
—Siempre en la cajuela del carro iba la guitarra y el saxofón.
El saxofonista, un icono de Jonuta, aprendió el oficio de su padre Leandro Sánchez Casanova y de su tío Serviliano. Éste estudió música en el Conservatorio y cuando retornó a Jonuta le enseñó al hermano cómo leer las notas en el pentagrama. Casanova ejecutó la tuba, un instrumento que se usa poco en Tabasco. Ya de viejo, dedicó sus últimos días, con mucho empeño, al violín, un violín que se rompe poco a poco con el tiempo en la casa de la calle Zaragoza.
Padre y tío, vieron posibilidades en el hijo y sobrino, y murieron sabiendo que la leyenda continuaría en la imagen de Leandro Sánchez Pérez. La esperanza en El sax de oro comenzó el día en que su madre vendió la máquina de coser para comprar un sax, el más barato del mercado. 
Cada vez que Sánchez tocaba el saxofón sentía los pedalazos que su madre ya no pudo darle, por algunos años, a la máquina de coser, una herramienta indispensable en la vida de una mujer del siglo XX.
—Llegó a tener 2 saxofones, pero uno de ellos era de la Casa de la cultura de Jonuta. Se oía muy suave.
—Cuando eran niños, los hijos de Sánchez ¿le rompieron algún instrumento?
—No tocábamos, estaban bien guardados, antes tenías más miedo a una cuereada y no tocábamos nada.
Ahora que en el ambiente musical se repite “supiste que murió Leandro Sánchez”, es precisamente cuando el saxofonista que murió de paro respiratorio a los 87 años, es cuando más está  vivito y tocando.

Melba, la hija de Leandro Sánchez


* * *


Joaquín Sánchez es uno de los miles de amigos que acumuló LeandroSanchez (así lo pronuncian en Jonuta) en 87 años.
­—Lástima que no trajo el saxofón —le decían a coro los hombres y las mujeres de las comunidades como Monte Grande o Boca de san Jerónimo o San Antonio.
—Pues sí lo traigo —les respondía—. Y así lo recuerda Joaquín Sánchez, un jonuteco que le acompañó en la música y en la política cuando ambos participaron en el gobierno municipal de Jonuta, una demarcación quieta con unos 29 mil habitantes.

Joaquín Sánchez, amigo y vecino del músico.


Así, sin pensarlo, LeandroSanchez sacaba el saxofón cada vez que se lo pedían los políticos y los campesinos.
—Eran fiestas que no tenían fin —. Se ríe discretamente Joaquín Sánchez. Cruzado de piernas en el sillón de su casa, cerca de donde vivía LeandroSanchez, resume que El sax de oro ya es una leyenda.
El músico que hizo vibrar con el saxofón a los bailarines, y también a los reacios, disfrutó de los placeres del mundo. Aunque siempre respetuoso, casi nunca pudo contener el ojo y la lengua frente a una mujer. La retina se le dilataba y la palabra le brotaba para recitarles o cantarles.
­–Fue de vista alegre ­–sentencia su hija.
A las mujeres les lanzaba “flores” y les cantaba Jonuteca: Pongo a tus pies jonuteca, mi humilde canción. Y eres también tabasqueña porque así lo quiso Dios…
–¿Siempre mantuvo los dedos ocupados?
–Sí. También le gustó la bohemia, la copita del medio día.
A pesar de la reprobación de la mujer de Sánchez (Melba Garrido), por la dichosa copita del medio día, éste la continuó empinando con moderación.
–También le gustaba el vino dulzón, el lambrusco.
En  1974, cuando LeandroSanchez concluyó su periodo como presidente municipal de Jonuta, retomó  los negocios. Reabrió la farmacia La Salud, un sitio para resarcir los males de los jonutecos, un escenario ideal para la charla, la bohemia y la cerveza con muchísima espuma. Habían pasado muchos años en los que El sax de oro deambulaba como saxofonista en las bandas y en los grupos musicales, cuando se fue atrincherando en su natal Jonuta, que en náhuatl significa en donde abundan los jonotes.
Había días en que Sánchez cerraba la puerta de La Salud y los que pasaban frente a la botica sabían que el ambiente estaba pero detrás. Justo ahí, se oía el ruido de la tarola, del saxofón y las voces de los que acompañaban a LeandroSánchez. Y entre ellos, en algunos momentos, quien era el presidente municipal.
–­Y no faltaba el vino y el queso pategrás –. Hoy en el local de La Salud hay un billar y enfrente una casa de empeño.

Levanta sus manos y dice !Salud!


 Al caminar por las calles de Jonuta, escuché a más que otros decir que el municipio se llame Jonuta de Leandro Sánchez.
Según sus hijos, el mejor reconocimiento para el padre fue el amor del pueblo por un hombre que siempre antepuso el nombre de Jonuta en las plazas en donde se presentaba.
Ya por la edad, Sánchez rechazó la invitación de ejecutar el saxofón con el grupo yucateco Los Aragón (1961-1980). Se quedó en Jonuta por la familia.
Los Aragón fue una de las organizaciones más escuchadas por aquellas canciones como El cable y La vaca vieja. 
“Mi papá tenía un estilo muy característico, muy especial que luego otros grupos de ahora se lo copiaron pero reconocen ellos que es inspirado en Leandro Sánchez. Y ese estilo lo tenía Ruy Medina (de Los Aragón)”.
Tres fueron las melodías que interpretaba, de manera instrumental, El sax de oro: La virgen de la macarena, El tema de Tracy y Toca el saxo.
—Hacían llorar el saxo. A Ruy y a Leandro por esos detallitos los identifico.
En Jonuta, ya retirado de los grupos musicales pero activo en la casa de la Cultura (en donde Lupón, un paliceño llevaba su saxo metido en un morral) Sánchez abrazó a los músicos que lo frecuentaron: Chicho Ché, los hermanos Bolón, Alfredo y sus Teclados y una carretada de políticos como Roberto Madrazo.
Es probable que los visitantes llegaron a probar la comida predilecta de Sánchez: el frijol con chicharon o la carne salada. Hasta los últimos días, El sax de oro no padeció gastritis y le entró con fuerza a la comida jonuteca. Eso sí, comió con una gran lentitud “y nos fastidiábamos porque él no acababa”.


Leandro Sánchez y Pepe del Rivero


* * *

Empecé a estudiar música a los 14 años y a los 15 años. Un día 31 de diciembre, hice mi presentación como músico. Mi primer instrumento fue un clarinete. Me gustaba de Benny Goodman, que era en esos tiempos el mejor clarinetista del mundo, y traté de imitarlo hasta lograr dominar el clarinete y llegué a efectuar una de sus mejores creaciones que se titula “De pueblo en pueblo”, con la cual me hice famoso, y así seguí interpretando más creaciones de este famoso músico. También interpreté música de otro gran clarinetista como Artie Shaw. Toda esta música me llevó a la fama y así nació en Jonuta, Tabasco, el famoso Leandro Sánchez Pérez.

Mi maestro fue mi padre, don Leandro Sánchez Casanova. El conservatorio donde estudié era debajo de una mata de chicozapote que había en el patio de mi casa en la calle Gregorio Méndez Núm. 38  de esta ciudad.

Años después mi madre doña Isidra Pérez de Sánchez compró un saxofón de medio uso y al poco tiempo lo llegué a dominar a mi antojo, el cual es más fácil que el clarinete. Después de diversas actuaciones en varios estados de la república, a los 21 años de edad, decidí irme a los Estados Unidos de Norteamérica y un día 4 de julio crucé el puente Internacional y empecé a tocar en Fort Bliss, Texas; después en Kansas City, luego en San Luis Missouri, en el estadio de Ohio, en Travers City, y decidí irme a Detroit, Michigan donde actuaba en el casino Conga para los latinos y americanos. Y estuve mucho tiempo.

Tiempo después, decidí irme a Chicago Illinois y conseguí trabajo en el casino Twenty Seven donde estuve un tiempo; luego regresé a Detroit, y por último me di una vuelta hasta Windsor, Canadá, donde también hice algunas presentaciones y retorné a los Estados Unidos, donde solicité mi retorno a México. Estando ya en la ciudad de los palacios toqué en el club de los artistas, en los Globos, y en la Alameda y después retorné a Jonuta, mi pueblo natal.

Formé mi grupo musical y nuevamente   empezamos con las giras artísticas cuando el general Miguel Orrico de los Llanos llegó a ser gobernador de Tabasco; fuimos seleccionados para ir a México a tocar en la estación de radio XEW, en el programa de la Hora Nacional, porque le tocó a Tabasco.

En las exposiciones regionales de Tabasco siempre el conjunto Jonuta de Leandro Sánchez, ocupó primeros lugares en los concursos de música variada y zapateos. Mis últimas actuaciones fueron en el Paradise en Acapulco, Guerrero, y en el Revolcadero.

El presidente Adolfo López Mateo visitó 2 veces la ciudad de Jonuta, siendo presidente municipal Raúl Ojeda Garrido, y a la hora de la comida le dediqué la Macarena y el señor me observó detenidamente y quedó impresionado con la ejecución de esta partitura, por lo que le dijo Ojeda Garrido que me mandara a México para tocar en los Pinos y en el Auditorio Nacional.

Del mismo modo, siendo presidente de la república, el licenciado Gustavo Díaz Ordaz, también actué en los Pinos y en el Auditorio Nacional.

El día más especial fue cuando el gran ídolo tabasqueño, el gran Francisco José Mandujano, mejor conocido como el Gran Chico Ché, llegó a mi humilde hogar a buscarme para grabar un long play titulado Nadie como Chico Ché y en el cual fui solista con el saxofón en toda la grabación.
Hoy a mis 81 años de  edad, estoy laborando en la casa de la Cultura de mi pueblo querido y a la fecha ya formamos un conjunto musical con el que vamos a hacer una grabación el día 9 de octubre de 2005, esperando sea un éxito.

Jonuta, Tabasco a 3 de octubre de 2005. Ignacio Zaragoza 505, Jonuta.

Así escribió Leandro Sánchez sus memorias que envió al ayuntamiento de Jonuta para la elaboración de un libro sobre su vida y obra. Una vez que redactó sus vivencias, firmó el documento que hoy conserva la viuda de Sánchez, Melva Garrido Thompson.

Leandro Sánchez y Carlos Salinas

*  *  *

Leandro Sánchez Pérez fue el escribano de la Asociación Ganadera de Jonuta. Le escribía las cartas o los telegramas a Raúl Ojeda Garrido, el líder de los ganaderos en la zona. Con sólo unas cuantas vaquitas, porque no era el gran comunero, Sánchez perfeccionó un estilo literario que pocos le conocieron. Tomó la escritura con pasión, y no sólo escribió canciones como Jonuta, Jonuteca o Mi pueblo natal, sino que dedicó sus últimos años a la composición. Redactó bombas, rimas y una serie de anécdotas. La mayoría de las composiciones están guardadas en un maletín que atesoran los hijos de Sánchez.
Algunos ejemplos:

Bomba sobre Madrazo

Jonuta está aquí presente pero ha sufrido un retraso, yo vengo a pedirle ayuda al gran Roberto Madrazo. Mi pueblo quedó jodido, no lo podemos negar, lo saquearon los Panchitos que es banda internacional.

Qué tristeza me da ver al pueblito que uno estima, tirado en un muladar con un hijueputa encima sin poderlo remediar y el presi chinga que chinga…

Roberto quiero pedirte con amor y que lo sientas, que ayude a mi Jonuta que ha sido la cenicienta.

Para Raúl:

El licenciado Raúl muy triste se despidió pero se fue muy contento a gastarse los millones que en Jonuta rejodió.

Para Salvador Neme, un gobernador de Tabasco:

Su castillo ha de rodar, sí señor, pues por mostrarse renuente y querer darse un quemón ya no salva a Salvador ni el papá del presidente. Enero del 92.

En algunas grabaciones, conservadas por los hijos de Sánchez, se oye  la voz del padre hablando sobre su mujer y felicitando a todos los padres de Jonuta: 

Voz en off:

En este día del padre dedicamos: El hombre del sureste, esta canción grandiosa de don Tomás Garrido Canabal, tío de mi mujer. Vámonos señores.

Y en otra, en un siguiente año, lo expresó así:

Damas y caballeros, en este día del padre y tan precioso que tenemos con un sol tropicalísimo y lindo de Jonuta, aquí una inspiración divina. Leandro Sánchez con su saxofón alto, de oro, dobleteando, dedicamos esta canción preciosísima que se llama Tema de Tracy. A todos los padres de Jonuta.

En el álbum familiar, los escritos de Sánchez recrean toda una época. En sus ratos de ocio, mientras no recibía a los compradores de medicamos en La Salud, anotaba en su libreta de apuntes cosas como:

Julio 13/92. Hoy falleció del corazón el buen amigo, Lic. Nicolás Reynés Berezaluce, en la ciudad de México, D.F., siendo presidente de la Cámara de Senadores.

En el maletín se guardan recortes de periódicos, los telegramas de felicitación que recibió cuando estaba por gobernar Jonuta, las fotografías en papel (blanco y negro) de cuando participó y ganó un concurso de zapateo, y de cuando declaró que habría una revolución si Alondra no era la representante de Tabasco en el certamen de Señorita México.

En una carpeta con una inscripción de puño y letra (por Sánchez) que dice: Telegramas recibidos con motivo de haber sido electo para presidente municipal de mi pueblo, Jonuta, Tab. Octubre de 1970,  se encuentran los siguientes mensajes:

Hizote justicia partido al designarte su candidato a presidente municipal ese lugar (sic) Saludos.
Florentina Vázquez de Toscano.
Enviado desde Jalpa de Méndez. Oct. 6.

Y por este motivo, recibió otros, uno de ellos del profesor Pánfilo Novelo Martín, de la Federación de Profesionistas y Estudiantes Yucatecos.

Un recorte periodístico publicado en el diario Tabasco Hoy el 4 de mayo de 1991, es quizás el más cuidado por la familia de Sánchez. En él, don Leandro declara lo siguiente: Alondra tiene que ser elegida, si no “se arma una revolución”. La publicación está acompañada de una foto suya en La Salud, una nota periodística firmada por el reportero Jorge Castro Noriega.
Sostiene que Alondra, la flor de oro que ganó Jonuta en la Feria del Estado, debe ser la representante de Tabasco en el certamen de Señorita México. De lo contrario habría revolución y marchas de Jonuta a Villahermosa.
Esto nunca sucedió. La amenaza de El macareno, otro nombre dado a El sax de oro, no se cumplió. Su declaración fue anecdótica.

Las ocurrencias de LeandroSanchez contagiaron a los amigos que le visitaban en La Salud. Armando Mendoza Ramírez, un ministerio público, le escribió una composición que tituló El Dandi:

De blanco se viste el dandi cuando toca el saxofón, de Jonuta es hombre grande y caballero de honor, pues así es don Leandro Sánchez, puritito corazón

Ya de presidente municipal, Leandro Sánchez (con saxofón en mano) no sólo inauguraba obras en las rancherías sino dedicaba gran parte de su tiempo a contar historias y chistes. No amasó riquezas. Atendió a los jonutecos sin programarles audiencias, y fue feliz con su copita en La Salud, en donde muchas veces repitió:
—Señores, ¡Salud!
Leandro Sánchez (fue) el amigo, el político y el músico, de acuerdo con uno de sus grandes amigos, Jorge Vargas, El romántico de la canción, en una entrevista que le concedió al periódico Controversia, quien le dedicó 3 entregas sobre la muerte y la vida de Leandro Sánchez Pérez.
—Fue fenomenal y muy creativo —resumió Vargas.

*  *  *

A las 8 de la noche, minutos más, minutos menos, un rictus es la última nota musical que nos da Leandro Sánchez Pérez. Es miércoles 10 de agosto. La casa de la calle Zaragoza está repleta en cuanto saben la noticia: ¡Ha muerto LeandroSánchez!
Todo comenzó con un ronquido. Dejó de hablar, se le fue apagando el saxofón. Se fue.
Evonia, una doctora de la familia, confirmó la muerte: paro respiratorio. Junto con el paro, las lágrimas, las lamentaciones, los abrazos para el viejo, fueron como imágenes repetidas.
Cuentan que pese a las dificultades para respirar, su corazón dio los últimos golpes y quiso vivir, vivir, vivir: todavía su corazón respiraba tantito. Esto lo vio Raúl Ojeda, el político, que ese día, visitó al sax de oro.
Leandro murió sin quejarse. Supo que su partida comenzó desde que los médicos le diagnosticaron osteoporosis y los dedos ya no tenían la misma velocidad de cuando los desplazaba entre las llaves del saxofón. Le dijeron que quedaría cuadripléjico. Se entristeció.
Raúl Ojeda fue el primero en difundir la noticia a través de la radio. Se comunicó con los hermanos Sibilla Oropesa y les informó sobre el deceso de Sánchez.
Al sax de oro lo metieron, como lo pidió, en una caja sencilla que pagó el presidente de Jonuta, Armando Correa. De acuerdo a la voluntad del músico, el féretro debía ser de madera de pino. Así se eligió un ataúd para el saxofonista que amó a Jonuta hasta el extremo. Aquel día, el calor abrazó a los jonutecos y Leandro Sánchez fue sepultado en lo inmediato, un jueves 11 de agosto.
En una crónica publicada por Eduardo Beltrán, en el diario Milenio Tabasco, relata que antes de que Sánchez muriera, se casó por iglesia con su esposa. Lo hizo a petición de su nieta. Aceptó.
En la parroquia de El Señor de la Salud, el sax de oro, cumplió su palabra. Salió de la mano de la señora Melba Garrido.
Al finalizar la misa el sacerdote propició que los hijos de Sánchez y los jonutecos, cantaran las canciones del hombre-sax. Pero muchos, es decir los jóvenes, olvidaron algunas estrofas y esto provocó que el músico los corrigiera.
—¡Así no es!

Leandro Sánchez amenizando una fiesta.

La boda fue quince días antes de la muerte. En las últimas dos semanas, Leandro miró la tele, escuchó música y estuvo en el billar del pueblo.
Hablaba bajito, y tomaba las cosas licuadas. Dos días no comió, le dio temperatura, le salió llaga en la boca. Un martes (9 de agosto) tuvo una leve mejoría pero su mirada estaba muy fija, ya no hacía por responder. La máquina se cansó.
El ataúd fue puesto en el parque central de Jonuta. El cabildo le rindió honores. Las cronistas hablan de un minuto de aplausos y 3 días de duelo por el símbolo musical de Jonuta y Tabasco. El grupo Los Jonutecos amenizó la partida del que llamaron maestro, del maestro viajero.
—¿Se fue?
—Se fue un personaje único —dijo Rafael Elías Sánchez Cabrales, el presidente municipal de Jonuta que más homenajeó a Leandro Sánchez.
Días después a la muerte del personaje, se publicaron esquelas en los periódicos. El gobierno, músicos, y otros, lamentaron el “sensible fallecimiento” del músico.
Y el teléfono de la viuda no dejó de sonar: “todo estará bien, lo sentimos, don Leandro fue un gran hombre”.
–¿Aún escucha su saxofón en la casa?
­ –Sí ­ –dice Melba Garrido de Sánchez– y le brota una perspicaz lluvia en sus ojos por el hombre que le llevó serenata, por Leandro que sí le alcanzó el corazón.

*  *  *

Un disco de la empresa disquera, Promesa Record, conserva la herencia musical de Leandro Sánchez. Es un compacto que costeó el gobierno municipal de Jonuta y que reúne los temas más importantes del sax de oro, de su padre y de Pepe del Rivero, extinto compositor tabasqueño.
En una de las solapas del disco se leen dos mensajes: 

Gracias al Maestro Leandro Sánchez por llevar siempre en alto a Jonuta. Este reconocimiento en vida se lo merece por ser como es.
Rafael Elías Sánchez Cabrales.

Y

Gracias a Dios, a mi Familia y a Jonuta, en especial al presidente (2004-2006) Rafael Sánchez por éste mi gran sueño. Mi disco dedicado a mi Jonuta con cariño.
Leandro Sánchez Pérez.

Lo primero que uno escucha es Carnaval de Jonuta, escrita por Pepe del Rivero, el compositor que le cantó a Tabasco.

Timbal y flauta, flauta y timbal
Trompeta y güiro, pal carnaval

Leandro Sánchez y otros 8 músicos le rinden un tributo a Jonuta, uno de los municipios más pobres de México, según los organismos oficiales.

Ya viene don Serviliano y don Leandro Sánchez para tocar. Anoche de Palizada llegó pichiche con su timbal…

En la casa de El sax de oro una serie de reconocimientos cuelgan de la pared y otros están colocados en un librero. Son incontables. El que le concedió Promesa Record  dice: por su destacada trayectoria musical en Tabasco, llevando su música más allá de nuestras fronteras. Pero  otros reconocimientos lo compactan así: por su entrega y dedicación en el ámbito musical y por su valiosa aportación musical, firmado por el locutor de los músicos Pedro Romero, aquel que transmitía el programa Onda candente, en la XEVA. 


Jonuteca bella, vámonos amando.
Que si tú eres fuego, yo me estoy quemando.

En el disco, que incluye 12 melodías, participa el grupo musical Jonuteco El Puente, una grabación “totalmente en vivo”. En el material discográfico se escucha con fidelidad el saxofón de Sánchez, un saxofón suave, emocionante, con bamboleos, con una invitación a mover los pies.

A mi virgencita buena, yo le canto macarena, y le pido yo a mi virgen, virgen de la macarena, el amor de  esa morena…

Con el saxofón atado al cuello con un tali metálico, unos años antes de recibir el premio Savia del Edén, El macareno -vestido de blanco y zapatos cafés- disfruta en el disco (su disco) la recta final de su carrera. Así se siente:

Por la carretera viene la gente y todos quieren cruzar el Usumacinta por su hermoso puente.

A la muerte de Leandro Sánchez sólo quedan los recuerdos. Las fotos con Carlos Salinas, el ex presidente de México. Las fotos con Carlos Alberto Madrazo, Miguel Orrico y Mario Trujillo, los gobernadores que le escucharon con ahínco. La foto en la que aparece de niña Gina Trujillo y otras con hijos de políticos de la vieja guardia. Quedan, tan solo quedan, las letras de las canciones de su tierra:

Jonuta eres tú, paraíso tropical
yo canto para ti, tú mi tierra natal
tienes en tus mujeres un bello candor
nacieron cual violetas, de un jardín en flor.

Desde el cuyo se ve el Usumacinta
como un listón de seda, y se ve su rielar
y las lunas con sus rayos de plata
matizando el paisaje caprichoso y sensual

Quedan, tan solo queda, un sitio web en MySpace, que aporta datos biográficos del músico y videos, y los ecos que escuché en mi viaje por Jonuta que repiten lo que quieren oír: Jonuta de LeandroSanchez.

Y no hay tierra más linda, Jonuta eres tú.

El sax de oro.


2 comentarios:

  1. no ubico al saxofonista, que según dicen estuvo con los esclavos (de pichucalco) precisamente soy de pichucalco y veia ensayar a los esclavos. me parece que grabo el disco l.p. de vamos a pichucalco. saludos.

    ResponderEliminar